Resfriados, alergias y gripe: cómo cuidarte cuando llega el otoño

Con la llegada del otoño, el paisaje se tiñe de tonos ocres y las temperaturas comienzan a descender, pero también aumentan los casos de resfriados, gripes y alergias. Este incremento tiene varias causas: los ambientes cerrados con poca ventilación, la proliferación de virus y la presencia de pólenes de temporada, factores que debilitan las defensas y favorecen los contagios.

Especialistas en neumología señalan que, en esta época, el sistema respiratorio enfrenta condiciones que reducen su capacidad de autodefensa. Los cilios, diminutos vellos encargados de limpiar las vías respiratorias, se vuelven menos eficaces con el frío, lo que facilita la acumulación de partículas y gérmenes. Además, la contaminación tiende a concentrarse debido a las inversiones térmicas, sobre todo en las grandes ciudades, mientras que muchas personas evitan abrir puertas y ventanas para conservar el calor, reduciendo la ventilación y aumentando el riesgo de transmisión de virus.

Las enfermedades crónicas respiratorias, como el asma o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), pueden agravarse en este periodo, afectando la calidad de vida de quienes las padecen. Por eso es fundamental reforzar los cuidados, especialmente en personas vulnerables como adultos mayores, niños e individuos inmunocomprometidos.

Entre las recomendaciones básicas destaca el lavado frecuente de manos, que ayuda a eliminar gérmenes y reducir la posibilidad de contagio. También es importante evitar cambios bruscos de temperatura, abrigarse de forma adecuada y mantenerse hidratado, aunque la sensación de sed disminuya. No fumar resulta esencial, ya que el frío ya representa una sobrecarga para el sistema cardiovascular y respiratorio, y el tabaco agrava los riesgos al dañar los pulmones y restringir el flujo sanguíneo.

La alimentación juega un papel relevante: frutas ricas en vitamina C, como mandarina o tejocote, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir infecciones respiratorias. Además, el ejercicio regular contribuye a liberar hormonas que mejoran el estado de ánimo y fortalecen las defensas, aunque debe practicarse con precaución en exteriores cuando la calidad del aire es mala.

La vacunación es otra medida clave. En estos meses, es aconsejable aplicarse las vacunas anuales contra influenza, Covid-19, neumococo y otros virus respiratorios, especialmente si perteneces a grupos de riesgo. Asimismo, se recomienda mantener ventilados los espacios cerrados, como aulas y transporte público, y considerar el uso de cubrebocas en lugares concurridos o si se presentan síntomas.

Por último, no hay que olvidar el cuidado de la piel: el frío y la baja humedad pueden provocar sequedad o lesiones, por lo que hidratarla regularmente ayuda a mantener su salud. Con estos hábitos, es posible disfrutar de la temporada otoñal sin que los resfriados, alergias o la gripe interfieran en el bienestar cotidiano.

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