Microperlas inspiradas en el té de burbujas podrían ayudar a perder peso sin cirugía ni fármacos agresivos

El té de burbujas, conocido mundialmente como bubble tea o boba, ha conquistado a millones de consumidores por su sabor y por las perlas de tapioca que lo caracterizan. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Sichuan en China ha transformado este popular concepto en un posible aliado contra la obesidad.

En lugar de almidón de yuca, los científicos desarrollaron diminutas microperlas elaboradas con polifenoles del té verde, vitamina E y un recubrimiento de algas marinas. Una vez ingeridas, estas esferas actúan en el intestino uniendo y atrapando grasas parcialmente digeridas, evitando que el cuerpo las absorba. Los resultados del estudio fueron publicados recientemente y ofrecen una alternativa prometedora a los tratamientos actuales para la pérdida de peso.

Los ensayos preliminares en ratas alimentadas con dietas ricas en grasa mostraron una reducción del 17 % en el peso corporal total de los animales tratados con microperlas, junto con una disminución del tejido graso y menor daño hepático. A diferencia del medicamento orlistat —utilizado para reducir la absorción de grasas pero asociado con efectos secundarios como problemas gastrointestinales o hepáticos—, las microperlas no causaron molestias aparentes en los animales.

“Queremos desarrollar algo que se adapte a la forma en que la gente come y vive habitualmente”, señaló Yue Wu, autor principal del estudio. La idea es que estas esferas puedan integrarse fácilmente a la dieta diaria, incluso en bebidas como el bubble tea o en postres, aprovechando su similitud con las bolitas de tapioca.

El mecanismo detrás de estas microperlas se basa en una reacción química natural: los polifenoles del té y la vitamina E forman enlaces con gotitas de grasa en el tracto gastrointestinal, mientras que la capa de polímero de algas protege la estructura en el estómago y se expande con el pH ácido, liberando el compuesto en el intestino.

Aunque los resultados en animales son alentadores, expertos independientes piden cautela. Naveed Sattar, profesor de medicina cardiometabólica en la Universidad de Glasgow, advirtió a Newsweek que “los datos en ratas son interesantes, pero no se puede dar por sentado que los hallazgos se replicarán en humanos. Además, es necesario considerar la seguridad en ensayos clínicos”.

El equipo de Wu ya trabaja con una empresa de biotecnología para escalar la producción de estas perlas, fabricadas con ingredientes de calidad alimentaria aprobados por la FDA, y ha iniciado un ensayo clínico en humanos en colaboración con el Hospital de China Occidental.

Si los próximos resultados son positivos, el futuro del té de burbujas podría ir más allá de la moda gastronómica y convertirse en una herramienta innovadora para enfrentar uno de los mayores desafíos de salud pública: el control del peso y la prevención de enfermedades metabólicas.

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