Acapulco, Guerrero.— Este viernes, Claudia Sheinbaum inauguró la primera etapa del Hospital Regional de Alta Especialidad del ISSSTE en Acapulco, una obra con inversión superior a los 3 mil millones de pesos que pretende sumar alta tecnología y cobertura médica especializada a la región.
A pesar de los anuncios triunfales, el panorama real muestra un avance parcial: no hay plantilla médica completa, ni están en funcionamiento las áreas de urgencias, laboratorio o especialidades. La consulta externa, que arranca el 25 de agosto, será lo primero habilitado, mientras que otras instalaciones abrirán en las próximas semanas.
El director del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama, aseguró que el nuevo hospital es el más moderno del estado, dotado con acelerador lineal para oncología, resonancia magnética, salas de hemodinamia, 50 máquinas de hemodiálisis, 250 camas hospitalarias y especialidades médicas múltiples, y que estará completamente equipado con 30 especialidades. Sin embargo, realmente la operación plena está aún en proceso: áreas críticas como urgencias, banco de sangre y quirófanos aún no están en marcha.
A solo un día de la inauguración, desde el exterior todavía se observaban obreros terminando líneas peatonales, pintura, y trabajos eléctricos; incluso se reportaron goteras en interiores del edificio. En enero, derechohabientes y sindicatos bloquearon la zona para exigir que la obra se complete y opere al 100 %.
Sheinbaum mencionó que este proyecto es parte de un plan más amplio de infraestructura sanitaria en Guerrero: desde el 1º de octubre pasado, se han inaugurado 31 hospitales y 12 centros de salud en seguimiento al legado de López Obrador. Su visita incluyó también avances en seguridad y el programa “Senderos de Paz” en Acapulco.
Aunque la inversión es considerable, la entrega parcial del hospital genera escepticismo entre trabajadores y derechohabientes, quienes exigen que la promesa de un hospital de alta especialidad se materialice con todos sus servicios operativos desde el día uno.
