Un tribunal para tiempos de cambio
Con solemnidad y un aire de expectativa, el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ) quedó formalmente instalado ante representantes de los tres Poderes de la Unión. La magistrada Celia Maya García asumió la presidencia de este nuevo órgano que busca ser la piedra angular de la transformación judicial en México. Durante dos años, encabezará un proyecto que promete devolver a la justicia su sentido de servicio, cercanía y probidad.
Liderazgo con perspectiva de género
El nombramiento de Celia Maya no es casual: simboliza el avance de las mujeres en posiciones de alto poder institucional. Su presidencia no solo responde a su trayectoria, sino también a un tiempo en el que la paridad deja de ser discurso y empieza a materializarse en los espacios de decisión. Su liderazgo confirma que la renovación del Poder Judicial también es femenina.
Justicia con rostro humano
Durante su mensaje inaugural, Maya insistió en que el TDJ no será un órgano inquisidor. El énfasis estará en formar, acompañar y garantizar que las y los jueces actúen con apego a los principios constitucionales. “Demostremos a los incrédulos que la reforma judicial es pertinente y exitosa”, afirmó, con tono firme y directo, recordando que el objetivo final es ofrecer justicia con procesos ágiles y trato digno.
La reforma como revolución silenciosa
El magistrado Bernardo Bátiz Vázquez definió la creación del Tribunal como una auténtica revolución: un poder históricamente ajeno a la voluntad ciudadana ahora se somete a reglas claras y vigilancia constante. Bajo la presidencia de Maya, el TDJ tendrá la responsabilidad de ser el garante de que esa revolución no se quede en papel, sino que se traduzca en cambios palpables en la vida cotidiana de quienes buscan justicia.
Ética y austeridad como ejes rectores
La magistrada Eva Verónica de Gyvés recordó que la sociedad espera austeridad, honestidad y compromiso, no discursos huecos ni simulaciones. En esa línea, Celia Maya ha prometido que el Tribunal funcionará con gasto austero, eficiencia administrativa y transparencia total, convencida de que la mejor forma de combatir la desconfianza es mostrar resultados claros y verificables.
Confianza social como meta
Para Indira Isabel García Pérez, la instalación del TDJ representa un paso histórico hacia un Poder Judicial sensible y cercano. La ciudadanía no quiere privilegios ni castigos ejemplares por simple espectáculo político, sino un sistema que resuelva con justicia y garantice certeza jurídica. Ese será el desafío que enfrentará Maya: hacer que la confianza, rota por años de corrupción y nepotismo, pueda reconstruirse.
Un acto con respaldo político e institucional
La ceremonia de instalación no pasó desapercibida: estuvieron presentes ministras y ministros de la Suprema Corte, la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez en representación de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como figuras del Legislativo como Gerardo Fernández Noroña. La magnitud de los asistentes confirma que el nuevo Tribunal no es un mero trámite, sino una pieza clave en la consolidación de la reforma judicial.
Justicia viva y renovada
El inicio de este tribunal marca un antes y un después. Con Celia Maya al frente, la expectativa es que el Poder Judicial finalmente se quite el lastre de la opacidad y se convierta en un aliado de la ciudadanía. En un país donde la justicia suele llegar tarde, el reto será demostrar que la ética y la cercanía no son lujos, sino obligaciones. Y que, aunque a muchos les incomode, la justicia mexicana puede estar más viva que nunca.