Desde hace décadas, la humanidad se pregunta si estamos solos en el Universo. Aunque la ciencia no ha encontrado evidencia concluyente de vida extraterrestre, los avances en astronomía y astrobiología siguen abriendo nuevas posibilidades. Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Pensilvania y del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA propone una estrategia novedosa: concentrar la búsqueda en exoplanetas que estén alineados con la Tierra en el mismo plano orbital.
El trabajo, publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, se basó en 20 años de registros de la Red Espacial Profunda (DSN, por sus siglas en inglés), que acumulan más de 90 años de funcionamiento efectivo. Esta red de radiotelescopios, con estaciones en Estados Unidos, España y Australia, se encarga de mantener comunicación con robots en Marte, sondas interplanetarias y naves como las Voyager 1 y 2, que ya han cruzado los límites del sistema solar.
Los investigadores descubrieron que cerca del 79% de las transmisiones espaciales humanas se concentran en una franja muy estrecha, de apenas un 5% del plano orbital terrestre. Es decir, nuestras señales de radio no se dispersan aleatoriamente en el cosmos, sino que siguen trayectorias predecibles que podrían ser detectadas con mayor facilidad por observadores situados en planetas alineados con la Tierra.
Esto implica que la probabilidad de interceptar o enviar una señal a una civilización alienígena aumentaría exponencialmente —hasta 400,000 veces más— si se busca en exoplanetas ubicados en esa alineación, en comparación con hacerlo desde direcciones aleatorias del espacio.
Hasta ahora, la exploración extraterrestre se ha enfocado en detectar biofirmas —señales de procesos biológicos— y tecnofirmas —huellas tecnológicas como emisiones de radio, energía o satélites artificiales—. Este nuevo enfoque complementa esas estrategias y podría redefinir la forma en que se busca vida en otros mundos.
Los expertos señalan que la propuesta podría ponerse en marcha a partir de 2026 con el lanzamiento del telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA, que tendrá la capacidad de detectar más de 100,000 exoplanetas. De encontrarse alguna señal de vida inteligente, el hallazgo no solo transformaría la ciencia, sino también la manera en que la humanidad se concibe dentro del cosmos.
Por ahora, la comunidad científica insiste en que el camino para responder a esta pregunta milenaria debe mantenerse en el ámbito de la investigación rigurosa, lejos de especulaciones o afirmaciones sin pruebas sobre supuestos contactos extraterrestres. La estrategia de buscar en exoplanetas alineados con la Tierra podría acercarnos un poco más a resolver el enigma.